El plato más representativo de Málaga.
¡Buenos días de nuevo!
Rompiendo con la tradición de nuestros posts, esta vez no os vamos a hablar de como se elabora un plato, sino del plato más representativo de la gastronomía de Málaga, que no es otro que el espeto de sardinas, conocido como el espeto malagueño.
Esta receta de pescado es muy conocida, no sólo en Málaga, sino por todo el mundo. No hay ningún turista que visite la Costa del Sol y que se vaya sin probar los típicos espetos malagueños.
Con la entrada de nuestra querida primavera y el comienzo de los días de sol y calor en las playas malagueñas, son muchas las personas y turistas que se acercan a la playa a disfrutar de un paseo y quién sabe, si del primer baño del año. Es aquí cuando entran en escena la multitud de chiringuitos que rodean las playas de esta maravillosa ciudad. En ellos, se puede disfrutar entre muchas cosas de un buen espeto a la orilla del mar. Además, es importante acompañarlo con una bebida bien fría y refrescante que suele ser la cerveza o el tinto de verano, admitiendo por supuesto cualquier refresco.
Los ingredientes necesarios para elaborar esta receta se componen de sardinas, sal gorda y cañas para espetos o lanzas de caña.
En cuanto a su preparación lo único que hay que hacer es colocar las sardinas en la misma dirección, unas encima de otras y echarles la sal necesaria varias horas antes de ser consumidas. Cuando las brasas estén listas se introduce la caña con el espeto. A la hora de ensartar las sardinas hay que tener especial cuidado en no romper la espina, de tal forma que ésta quede en contacto con la zona curva de la caña, con el objetivo de sujetar el pescado y que no se caiga al fuego, además de ir soltando el jugo mientras se funde.
Una vez cocinadas, se suelen servir con pan y limón.
Por último, os facilitamos un vídeo emitido por Sur televisión, en el cual podéis observar la preparación de los espetos malagueños.
Conoce un poco más sobre la historia de los espetos malagueños.
La historia del espeto comenzó en Málaga en el siglo XIX cuando los pescadores se quedaban siempre con los peces que les sobraban de la venta. Este hecho llevó al dueño de un chiringuito, Miguel Martínez Soler, a clavar estos peces pequeños en una caña y ponerlos al fuego en la arena, convirtiéndolo en el pionero del arte de espetar sardinas.
Esta historia cuenta además con una anécdota producida en la Navidad de 1884 cuando, tras el trágico terremoto producido en la Axarquía, el Rey Alfonso XII visitó la zona y lo llevaron a comer al merendero del citado Miguel, para que las probase. En el momento en el que el Rey cogió los cubiertos para limpiar una sardina, se le acercó Miguel y le dijo ¡Maesá..., con los deos!
Un saludo.
Alejandro Martínez Fernández.
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